2 de mayo de 2011

Cristo de la Viga 2011


«El día primero de mayo, un milagro aconteció…», así comienza un dicho de los danzantes. Y es que el inicio de cada mes de María, tiene en Villacañas el gran prólogo de la celebración del Santísimo Cristo de la Viga, expresión de fe.

Momento importante de preparación es la novena. Estos días vividos con gozo han tenido que ser septena, debido al calendario litúrgico, y han coincidido con la semana de Pascua. Cada noche, con el templo parroquial lleno de fieles, se ha participado en la Eucaristía con intensidad y se ha ido reflexionando. También se ha intercedido y orado mucho por los jóvenes, en este año de la juventud. El Maestro de Nazaret, representado en el Cristo de la Viga nos abraza por el amor de Dios. Él nos orienta en los caminares de la vida y nos llama al corazón. Su cruz tiene sentido porque Él está vivo. Don Juan Maestre dijo que «no vino a quitar la cruz; sino a clavarse en ella, dándose por nosotros».

En la homilía de la eucaristía de la fiesta, el 1 de mayo, don Luis Lucendo dijo que «la calma y la tormenta son signos de nuestra vida. Cristo siempre está ahí y no nos deja en el camino». Animó a los danzantes a que «digan al Señor, en cada danza, yo te quiero y todo lo hago por Ti». Añadió que «es un don para Villacañas esta advocación. Nos invita a transmitir nuestra fe y tradiciones. Si perdemos las tradiciones cristianas, perdemos el sentido profundo de la vida y la fraternidad que nos hace hermanos unos de otros».

Los danzantes

Merecen destacarse los danzantes, porque son componente importantísimo en la entraña de la fiesta. Vestidos con trajes llenos de símbolos alusivos a la pasión de Nuestro Señor hacen un ímprobo y sacrificado esfuerzo realizando primordialmente las danzas y paloteos; yendo y viniendo durante todo el recorrido procesional desde la cruz parroquial hasta la imagen ante quien hacen siempre una triple venia, símbolo de adoración.

Por Ángel Novillo Prisuelos en "Padrenuestro"

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