El pasado 5 de diciembre, la parroquia de Villacañas vivió un acontecimiento único con la visita de la cruz y el icono de la Virgen María que Juan Pablo II entregó a todos los jóvenes en el año 1984 y que, desde entonces, no ha parado de viajar por todo el mundo. Estos dos símbolos siempre presiden los encuentros del papa con los jóvenes, como será la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) del próximo agosto en Madrid.
La cruz y el icono, procedentes de Urda, fueron recibidos por gran cantidad de jóvenes, niños y familias villacañeras en la ermita de la Virgen donde tuvo lugar un acto de adoración a la cruz por parte de los niños de catequesis. Seguidamente tuvo lugar una procesión de antorchas hasta la iglesia parroquial. Para tal ocasión los vecinos de las calles por las que discurrió la procesión colocaron altares con los lemas y el himno de cada una de las JMJ que ha habido anteriormente. Al llegar a la plaza las familias que acogerán a jóvenes de otros países para la JMJ de Madrid protagonizaron un breve acto en el que se leyó la oración preparatoria para la JMJ.
A continuación, la procesión continuó hasta la parroquia donde, tras una emotiva entrada de estos símbolos en la parroquia, junto con el cirio pascual, comenzó un breve acto de adoración a la cruz para dar comienzo a la novena de la Inmaculada que, como todos los años, preparan los jóvenes villacañeros.
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